Los ciclos en la economía son inevitables y las crisis económicas también.
A pesar de ello, en los negocios uno puede tener éxito tanto en períodos de auge como de crisis. Sin embargo, es necesario estar preparado para que estas últimas no nos tomen por sorpresa.
Les comparto a continuación cinco de las recomendaciones que damos a nuestros clientes para enfrentar de mejor manera los periodos de crisis y contracción económica.
1. Racionalización y reconversión de talentos
Una de las medidas más recurrentes en tiempos de contracción económica es la reorganización, reestructuración, o simplemente, la racionalización de operaciones.
Muchos ven esto como la necesidad de recortar la planilla y despedir gente. Sin embargo, esto no tiene por qué ser así.
La racionalización es una práctica necesaria, que bien hecha, le puede reportar tanto a la empresa como a sus colaboradores diversos beneficios, sin necesariamente generar efectos colaterales negativos.
Una compañía que quiere evolucionar debe estar siempre pensando en la adopción de nuevas y mejores tecnologías, pero al mismo tiempo, en la reconversión de los talentos y habilidades de sus colaboradores.
Una práctica sistemática que incluya rediseño de procesos, adopción de nuevas tecnologías y reconversión de talentos, permitirá a las empresas estar mejor preparadas para afrontar una crisis, y al mismo tiempo, evitará tener que desvincular masivamente a profesionales valiosos que pueden ser reentrenados para realizar las nuevas tareas.
2. Diversificación de la oferta
Otra buena manera de mitigar los efectos de una recesión es contar con una oferta diversificada.
Esto puede ser un arma defensiva muy efectiva al momento de enfrentar volatilidades de precio, demanda de productos y/o problemas de suministro de insumos o materias primas.
Una compañía que vende múltiples productos/servicios que comparten la misma cadena de abastecimiento, producción, distribución o comercialización, puede disminuir significativamente los riesgos asociados a una baja repentina en la demanda de alguno de ellos en particular.
Una oferta diversificada permite reducir el riesgo de fluctuaciones abruptas en la demanda del mismo modo que a un inversionista financiero le permite reducir el riesgo de la volatilidad propia de los instrumentos en los que invierte.
Sin embargo, es importante tener presente que no se puede tratar de cualquier tipo de diversificación.
Una diversificación efectiva es aquella en la que el costo de venta marginal de cada producto/servicio agregado al portfolio es (significativamente) menor que el costo promedio actual.
3. Innovar como práctica permanente
Con la Revolución Industrial 4.0 y la utilización de MVPs, el ciclo de desarrollo de nuevos productos se ha acortado, pero aún es normal tener que esperar entre 6 y 9 meses antes del go-to-market definitivo.
Eso requiere que el proceso de innovación sea una actividad permanente, de modo de tener un porfolio de nuevos productos/servicios en distintas etapas de desarrollo.
De esa manera siempre habrá uno o dos productos que estarán en la puerta del horno listos para salir al mercado.
Productos que serán más competitivos que los anteriores, y más importante, que los de la competencia. En un mercado que se contrae, con mayor razón el cliente se inclinará por aquel producto que le un entregue mayor valor, una mejor relación costo/beneficio, o bien, que le permita resolver un problema para el cual antes no existía una solución. La clave de la innovación.
Una compañía que es capaz de innovar de manera permanente podrá mantener distancia de la competencia, y mientras más rápido y frecuentemente lo haga, mucho mejor.
En una crisis quizás no vas a poder correr más rápido que el leopardo, pero sí podrás correr más rápido que el resto de las gacelas que te acompañan.
Eso te puede salvar la vida.
4. Asegurar liquidez
En periodos de crisis la liquidez escasea, los créditos son caros y las opciones de financiamiento se reducen, y todos sabemos que una empresa puede quebrar por falta de liquidez.
Es fundamental entonces asegurar la liquidez, cuidando el capital de trabajo, minimizando los gastos superfluos, reduciendo los costos fijos, renegociando nuevos plazos de pago con proveedores, redoblando las exigencias para las ventas a crédito, y reduciendo al mínimo los niveles de inventario.
La buena noticia es que mantener buenos indicadores de liquidez durante una crisis puede transformarse en una tremenda ventaja competitiva, ya que permitirá acceder a muy buenas oportunidades de inversión, ya sea financieras o en el mundo real.
Diversos estudios muestran que, en el agregado, el retorno (ROI) de las adquisiciones realizadas en tiempos de crisis supera con amplio margen al de las realizadas en tiempos normales.
5. Cubrirse ante riesgos cambiarios
En tiempos de alta volatilidad, la regla de oro es siempre jugar a la defensiva y evitar poner todas las fichas en un mismo canasto.
¿Pero qué pasa por ejemplo si por necesidades de tu negocio tienes que estar comprando o vendiendo divisas de manera permanente?
Aun en casos de alta volatilidad hay maneras de cubrirse ante los riesgos cambiarios.
La primera de ellas es comprando algún instrumento de cobertura, como un forward por ejemplo.
Sin embargo, siempre recomiendo que antes de hacer eso, por todos los medios se busque adoptar una estrategia de cobertura natural. Esto se logra compensando la exposición cambiaria de Activos y Pasivos.
Por ejemplo, si hay facturas por pagar denominadas en dólares (p.ej de proveedores extranjeros) se debe buscar mantener un activo equivalente que también esté en dólares.
Así el Balance de la empresa permanecerá equilibrado en lo que respecta a la exposición a dicha moneda. Lo mismo para cualquier cuenta del Balance, sea un Activo o un Pasivo.