En una organización, la existencia de un propósito compartido es un requisito indispensable para implementar exitosamente una iniciativa estratégica, y con aún mayor razón, cuando se trata del plan estratégico de la compañía. Si bien el propósito en una organización es muy importante, también hay otros aspectos de los cuales debemos ocuparnos. Resulta más o menos obvio que en cualquier ejercicio de planificación estratégica debemos establecer con claridad el objetivo concreto (beneficio) que queremos lograr. Cuál es el valor que queremos crear, tanto para clientes, como para accionistas y colaboradores, pero también para el resto de los stakeholders involucrados (proveedores, partners, comunidad, sociedad, etc.). Eso es lo que llamamos la propuesta de valor, y no es otra cosa que la invitación que le haremos al stakeholder involucrado para que se interese y colabore con nosotros en la consecución de nuestros objetivos estratégicos, ya sea comprando, trabajando, asesorando, guiando, asistiendo, vendiendo o beneficiándose económicamente de sus resultados. Las organizaciones son entes sociales conformados por personas (animales sociales), que se relacionan entre sí, y que para poder realizar su trabajo se deben relacionar también con otras personas que su vez conforman otros entes sociales, sus propias organizaciones. La multiplicidad de intereses y motivaciones bajo los cuales actúa cada uno de los involucrados en el proceso de generación de valor de un negocio, hace necesario que la planificación estratégica sea realizada tomando a la organización desde una perspectiva holística y no solo como una caja más dentro de un diagrama en el que hay inputs y outputs. Resulta paradójico que, en estos días, en los que las interacciones sociales se han multiplicado exponencialmente, aún existan organizaciones que no asuman su rol dentro de cada ecosistema y entiendan que las interrelaciones entre estos entes- sociales son meros intercambios de información para vender bienes o servicios y obtener así beneficios. Es por este motivo que, al planificar estratégicamente, siempre debamos hacer hincapié en la naturaleza social de las organizaciones y de los negocios. El éxito de una organización depende en gran medida de su capacidad de visualizar, entender y procesar a su favor, los intereses y motivaciones de todos los stakeholders que se ven involucrados de una u otra manera en su actividad. Por irrelevantes que parezcan en un análisis estratégico tradicional, muchas veces las acciones u omisiones de alguno de estos stakeholders puede terminar redundando en el fracaso del plan estratégico, y con ello eventualmente en el fracaso del negocio. En ElevarTIs creemos que un buen diagnóstico de las motivaciones e intereses del ecosistema circundante es una actividad fundamental dentro del proceso de planificación estratégica, y su propósito es lograr un entendimiento acabado de las razones subyacentes que tendrán los stakeholders para colaborar positivamente en la consecución de los objetivos estratégicos.

Rodrigo Peña

CEO Elevartis

Ayudo a CEOs a lograr sus objetivos estratégicos. Asesoro empresas en procesos de M&A y valorización de negocios.

Director, asesor y ejecutivo de empresas tecnológicas.

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